El cáncer se puede curar, al menos en muchos casos. Así se ha podido constatar muchas veces , en muchos sitios, en diferentes naciones, con curaciones sorprendentes.
Se trata de un tratamiento que propone un fraile franciscano brasileño. Es tan sencillo que puede parecer hasta ridículo, sin embargo ha sido avalado tantas veces con hechos reales…..Nadie podría prestar la menor fe a la proposición de un tal tratamiento, a no ser por la innegabilidad de tantos hechos constatados.
A medida que se ha ido extendiendo su conocimiento y la constatación de su efectividad, son ya bastantes los médicos, algunos de ellos expresamente dedicados a la curación del cáncer, que se han interesado por él.
Tras haber comprobado su éxito también interesados en estudiarlo y comprenderlo mejor.
¿Este tratamiento cura toda clase de cáncer? No se sabe. ¿Qué tipos de cáncer cura de hecho?
Tampoco se sabe. Sólo se sabe que ha habido curaciones de muchas clases de cáncer: cáncer de piel, de garganta, de mama, de útero de próstata, de cerebro, del hígado, del intestino, de leucemia, etc. Incluso en personas diabéticas.
¿Es una curación << definitiva>>? En muchos casos la curación del cáncer ha sido definitiva. Otras veces el cáncer, tras haber sido curado, ha vuelto a aparecer de nuevo.
Se puede repetir el tratamiento de nuevo con eficacia. Cuando todavía no se tiene cáncer el tratamiento puede prevenir o evitar durante un año. Este tratamiento se puede hacer siempre, en cualquier estadio de cáncer. Por supuesto es mejor si el tratamiento se empieza cuanto antes. Pero aun cuando el cáncer sea viejo y aun cuando parezca ya irremediable a los ojos de todos, son muchas la veces en que el tratamiento ha surtido efecto.
Este tratamiento se puede hacer simultáneamente con cualquier otra cura del cáncer, por ejemplo la quimioterapia; no entorpece la eficacia de la otra cura.
CONTROL MÉDICO
Muy importante: la constatación de si este tratamiento ha curado o no el cáncer no se puede determinar por meras impresiones subjetivas. Es preciso un conocimiento objetivo, que sólo se puede obtener mediante los controles médicos.
Por eso hay que recurrir a ellos, tanto antes de empezar el tratamiento (para saber cuanto cáncer hay) como después una vez comenzado el tratamiento ( para saber si el cáncer progresa aún, o se ha estabilizado ya, o disminuye, o ha dejado de existir). Solo los resultados de esos controles pueden determinar con seguridad el estado del cáncer y no las sensaciones de mejoría que pueden sentir los enfermos.
En efecto es muy frecuente que este tratamiento produzca pronto en el enfermo una cierta sensación de bienestar y de mejoría. Pero esos síntomas no constituyen ningún índice de que el cáncer está realmente curado. Es peligroso, pues dejarse guiar por esas sensaciones. El tratamiento consiste en la toma de un jarabe que se hace con la planta llamada <<Aloe Vera>> .Sus hojas son duras y su bordes espinosos. Su contenido interior es baboso. Su sabor es muy amargo. Su nombre en españole << sávila>>, <<atzavara vera>>, en catalán, y <<erva babosa>> en portugués. Crece en regiones más bien secas.
El jarabe se hace con los siguientes elemento:
preparación
Dos hojas grandes ( o más o menos pequeñas) de esa planta, que no sean ni muy viejas ni muy jóvenes (peso total de unos 300 gramos).
Tras lavarlas ( para quitarles el polvo ), quitar las espinas del borde y recortar ligeramente sus rebordes.
-Medio kilo de miel.
-Siete u ocho cucharadas de coñac o de whisky ( en otras recetas se indican solamente 3 o 4 cucharadas.
Pasar todo ello por una batidora durante uno o dos minutos.
Resultará una especie de bebida cremosa. Su sabor es poco extraño, pero no sabe mal.
El jarabe formado por las indicadas cantidades de estos elementos constituye una << unidad de tratamiento>>.
POSOLOGÍA
Antes de tomarlo << agitar>> el frasco ( para que se mezclen bien los diversos componentes). Tomar una cucharada de este jarabe tres veces al día : mañana, mediodía y cena, de un cuarto de hora a una media hora antes de tomar cualquier otro alimento.
La cantidad de la preparación indicada puede durar unos diez días.
No interrumpir la toma de la << unidad de tratamiento>> hasta su consumición total (aunque parezca que hay síntomas de mejoría).
DURACIÓN DEL TRATAMIENTO
Se ha señalado antes la gran importancia de los controles médicos. Lo ideal ,si bien por diversas razones no siempre es posible, sería hacer un primer análisis de << cuanto >> cáncer se tiene antes de comenzar el tratamiento, y otro análisis después de cada unidad de tratamiento es decir, unas dos semanas.
Tras cada unidad de tratamiento, caben cinco hipótesis:
1 ) El cáncer sigue creciendo: no hay todavía síntoma de curación. Tomar otra unidad de tratamiento.
2 ) Después de la toma de dos unidades de tratamiento, el cáncer sigue creciendo. Doblar la dosis. O sea., tomar el jarabe como antes, mañana, mediodía y cena pero, esta vez, dos cucharadas en de una sola. Y así otra vez de nuevo, si es preciso, hasta que deje de crecer el cáncer.
3 ) El cáncer ya no crece, se ha detenido : buena señal. Tomar una nueva unidad de tratamiento normal. O sea, en caso de que se hubiese doblado antes la dosis, volver a tomar una sola cucharada mañana, mediodía y cena.
4 ) El cáncer disminuye: muy buena señal. Hacer un nuevo tratamiento de diez días, y repetirlo si es necesario, hasta que desaparezca del todo.
5 ) E l cáncer ha desaparecido del todo. Son muy frecuentes los casos en que ha bastado una sola unidad de tratamiento para que se haya eliminado el cáncer. Entonces se puede hacer dos cosas: o bien cesar definitivamente el tratamiento, o bien tomar todavía una nueva unidad de tratamiento más, como prevención al menos para un año, como queda dicho.
Ahora bien, desgraciadamente no siempre se puede conseguir que le hagan a uno todos esos controles del cáncer en los tiempos ideales que se acaban de indicar: exactamente antes del comienzo del tratamiento y después del la toma de cada unidad de tratamiento. Entonces no cabe otro remedio que esperar y adaptarse a los ritmos de control que los médicos proporcionan. Como sólo estos controles pueden asegurar con certeza el grado de curación conseguido, tendrá que ser uno mismo el que tendrá que repetir el tratamiento , según el grado de cáncer detectado por los controles disponibles.
NOTA IMPORTANTE
Cuando se toman varias unidades de tratamiento entre la toma una unidad y la siguiente, hay que guardar siempre un intervalo de unos siete días, porque la planta es un tanto tóxica.
Con estas interrupciones, toma repetida de este tratamiento no hace nunca daño. Por esta razón, en los casos en que uno no puede disponer de los controles médicos en las condiciones ideales, no se corre ningún peligro con la repetición del tratamiento aun cuando no fuese ya necesario, porque como queda dicho, no hay que temer nada por la repetición del tratamiento se hace con la interrupciones semanales señaladas.
OBSERVACIÓN
Es recomendable abstenerse lo más posible de comer carne durante el tratamiento. Alimentarse más bien de verduras y fruta.
El tomar carne puede retardar el efecto del tratamiento aunque, de todos modos, el tratamiento terminaría por prevalecer.
Por último, como queda dicho, se puede tomar una unidad de tratamiento aun cuando no se tenga ningún síntoma de cáncer, a modo de simple prevención.
BIBLIOGRAFÍA : “ Aloe Vera “ N. Stevens. .-// “Aloe-Sábila. Manual práctico y clínico “ . P. Crea.
Fuente:ecoaldea.com
Sábila (Aloe vera), un "milagro" curativo
Procesadas por manos hispanas en el templado clima del Valle de Texas, las pequeñas y delicadas hojas de la sábila atesoran las propiedades de una planta utilizada para la curación de diferentes males y el cuidado de la piel.
La sábila (aloe vera) encuentra su principal uso en EEUU como remedio para la piel, particularmente contra las quemaduras del sol y manchas, mientras que en otras partes del mundo se le prefiere ingerida, con la esperanza de que ayude al tratamiento de males como el cáncer, la diabetes y el VIH.
GENEROSA Y CURATIVA.
La variedad comercial de la sábila, Aloe Barbadenisis, tiene un promedio de vida de entre cuatro y cinco años. El 95 por ciento de la producción de sábila en EEUU secosecha en el Valle del Río Grande.
"La sábila es una planta generosa, pues además de tener la capacidad de crecer en condiciones inhospitalarias, sus múltiples propiedades curativas han sido acreditadas en la ayuda del sistema digestivo y las úlceras", señaló Rodríguez.
Pese a que la Oficina de Alimentos y Drogas (FDA, en inglés) no ha aprobado específicamente el uso de la sábila como medicina y en contados casos ésta puede provocar reacciones alérgicas, el ingeniero químico de origen mexicano dijo que los testimonios acerca de su efectividad son numerosos.
De acuerdo con el Instituto de Investigación de la Sábila, con sede en California, las propiedades curativas de la planta se deben a la complejidad de sus elementos constitutivos, que le permiten operar como antibiótico, coagulante, agente contra el dolor e inhibidor en la formación de cicatrices.
Gene Hane, del Consejo Científico Internacional de la Sábila, dijo a EFE que esto se debe a que la sábila "tiene cerca de 200 elementos constitutivos que trabajan en forma conjunta produciendo numerosos efectos benéficos difíciles de contabilizar", entre ellos aminoácidos, esteroles (un subgrupo lípido de los esteroides que actúa como la cortisona apara combatir la inflamación), y el ácido salicílico, similar a la aspirina.
"Los egipcios, probablemente los primeros en utilizarla, la incluyeron como elemento para embalsamar a sus nobles, con registros sobre su uso en el año 1500 A.C. En EEUU, su comercialización intensiva tiene solo cerca de 20 años. El público aún necesita educarse sobre sus beneficios", consideró Rodríguez.
Mientras los griegos la utilizaron para contrarrestar la pérdida de cabello, el historiador romano Plinio el Viejo la recomendó como desodorante, y fue utilizada como parte de los ingredientes, de acuerdo con la Biblia, para embalsamar a Cristo (Juan 19:39).