Es una planta con propiedades cicatrizantes únicas, regeneradora de la piel, humectante, antiinflamatoria, un gran recurso para las quemaduras y problemas de piel. También se utiliza en casos de infecciones, micosis, soriasis, llagas y picaduras de insectos. Su pulpa también se usa para tratar trastornos digestivos. En resumidas cuentas, una excelente planta medicinal fácil de cultivar en casa.
La pulpa del Aloe tiene aminoácidos, minerales, vitaminas, encimas, proteínas, polisacáridos y estimuladores biológicos. También contiene la vitamina B-12.
El autor del famoso Herbario Greco, Dioscorides, preparó un extenso informe sobre la aplicación de Aloe Vera en heridas, insomnio, desordenes del estómago, dolor, estreñimiento, hemorroides, picazón, pérdida de pelo, enfermedades de la boca, enfermedades del riñón, cuidado de la piel, quemadura del sol y manchas, entre otras aplicaciones medicinales.
El tamaño promedio de la planta es de 2 metros de altura, aunque en condiciones ideales puede superar los 5 metros. Sus hojas muy grandes y carnosas, dispuestas en grandes rosetones y con una espina recia en su extremo, armadas de otras espinas marginales más pequeñas. Las flores suelen tener color rojizo, anaranjado o amarillento.
Puede cultivarse sin problemas en jardines o en macetas dada su gran adaptabilidad, aunque es preferible siempre un suelo abierto con un buen drenaje de agua.
Esta planta es altamente resistente a todas las plagas y tiene un único enemigo: el exceso de agua. Como todo cactus necesita agua para vivir pero poca.
Como preparar gel de Aloe
El gel de aloe vera se obtiene abriendo longitudinalmente la hoja y raspando el interior con una espátula u otro elemento acumulando el líquido extraído (gelatinoso) en un recipiente.
En el interior de una hoja de Aloe, encontramos 2 tipos de sustancias, una de color amarillo que se concentra a unos pocos milímetros de la cáscara llamada Aloína (de cualidades laxantes) y la otra, es conocida como savia o gel de aloe, que como mencionamos anteriormente es de textura gelatinosa y transparente.
Esta es la que debemos acumular para hacer el gel. El gel debe guardarse en un recipiente cerrado en la heladera para su conservación por un periodo máximo de 10 días, al cabo de los cuales perderá sus propiedades. Lo ideal es procesar la pulpa extraída para obtener una textura uniforme. Este gel puede utilizarse en casos de quemaduras, colocando suavemente sobre la parte afectada cubriéndolo con una gasa.
Además también es bueno como reconstituyente dérmico y se aconseja en casos de sequedad de la piel y acne. Científicos de la Universidad de Minesota demostraron que aplicando gel de Aloe en la superficie de una quemadura se incrementaba la regeneración de las células en un 50%.
También se utiliza como filtro solar frente a los rayos ultravioletas y aplicándolo de forma regular durante un largo período de tiempo elimina las manchas causadas por el sol.