Es varias veces milenaria la búsqueda de medios por los cuales mantener la belleza y la juventud, seguramente también en la época del Hombre de las Cavernas existía algún tipo de coquetería.
Ya hemos avanzado una década del tercer milenio de la Era Cristiana y estos tiempos tanto las mujeres como los hombres procuran que el espejo les devuelva una imagen siempre joven, lozana y de aspecto saludable.
Esta última condición se ha incrementado en los cánones actuales y se dejan de lado cremas o ungüentos de formulación química y también las agresivas intervenciones quirúrgicas.
Se retorna a buscar productos que contengan ingredientes naturales.
Muchos de esos ingredientes ya fueron usados antiguamente, antes del auge de los cosméticos producidos por laboratorios químicos.
Uno de esos ingredientes es el gel extraído de la planta Aloe Vera.
El aloe vera se utiliza en la cosmética, y también en la medicina, desde hace siglos.
Los chinos de la antigüedad hicieron uso de esta planta como también lo hicieron los pueblos árabes, los sumerios y hasta los egipcios quienes, por su poder germicida, untaban las vendas para embalsamamiento con preparados que la contenían.
Además, en la cosmética egipcia existían fórmulas que se cuentan fueron utilizadas hasta por la mismísima Cleopatra.
En la actualidad su uso en la cosmética está muy expandido y las aplicaciones de productos fabricados a base de gel de aloe vera son cada vez más frecuentes y sostenidas.
Así, se encuentran habitualmente en los escaparates de los salones de belleza, comercios de cosmetología y hasta en estantes de supermercados una variedad de productos con aloe vera tales como acondicionadores para el cabello, jabones de tocador, exfoliantes, cremas humectantes y muchos más.
También se emplea esta planta para la elaboración de productos para maquillaje y cremas demaquilladoras.
Una curiosidad, al menos para el cronista, es la utilización del aloe vera en tratamientos cosmetológicos como lo es el lifting sin cirugía.
Este método rejuvenecedor evita pasar por el quirófano, no es agresivo ni tampoco invasivo y no tiene un límite de edad para su aplicación.
También se usa para la composición de cremas bronceadoras para disminuir los efectos nocivos del sol.
Y para después de las vacaciones ya existen en el mercado cremas para la piel a base de gel de aloe vera que al aplicarlas otorgan un excelente color bronce a la piel sin necesidad de exponerse a los rayos solares.
El gel de esta planta, por sus efectos hidratantes, es empleado en productos medicinales para curar quemaduras, hemorroides, erupciones y afecciones cutáneas.
Y forma parte de medicinas de uso libre para desinfectar la piel y en tratamientos antiinflamatorios.
Los productos que no contienen una factura química son los aconsejados por los profesionales de la salud y por los especialistas de belleza.
Evidentemente la naturaleza también previó las ansias del ser humano por “eternizar” la juventud y la belleza y por eso ella misma nos provee de recursos para poder hacerlo.
En otros artículos continuaré informando sobre otras plantas que contribuyen a ganar la batalla contra el envejecimiento y la enfermedad.
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