Aloe Vera, un remedio eficaz contra el acné

Ante todo debe quedar claro que el acné no es contagioso. Sin embargo es la afección de la piel más común y puede llegar a afectar al 80% de la población. Viene producido por el exceso de segregación de grasa por parte de las glándulas sebáceas.
Se da sobre todo en jóvenes de 11 a 30 años y hay muchos factores que lo provocan: factores hereditarios, mala alimentación (sobre todo por la ingesta de alimentos grasos), obstrucciones en el canal pilosebáceo, cambios hormonales (espeialmentre prolíficos en el inicio de la adolescencia), bacterias …
No es fácil curar el acné, pero, pero, tratado a tiempo y de una forma adecuada podemos combatir los brotes y conseguir que no deje marcas. Por ello es imprescindible detenerse desde su primeros brotes, seguir estos dos consejos básicos nos ayudará a prevenir: 1) mantener una buena higiene en las zonas más propensas a padecer acné (cara y espalda), ya que el acné suele extenderse debido a un contagio bacteriano que va de unas marcas a otras si no mantenemos la zona afectada limpia. Y 2) cuidar la alimentación y limitar la ingesta de alimentos ricos en grasas (chocolate, embutidos, lácteos, harinas refinadas …).
Sin grasa no hay acné. El exceso en la producción de grasa de nuestras glándulas suele acompañar la inmensa mayoría de procesos acneicas, desgraciadamente en la pubertad se activan todas las hormonas, también las sebáceas encargadas de producir la grasa. Este proceso tiene mayor incidencia en los hombres, ya que está asociado a las hormonas masculinas (andróginas), de ahí que el acné se cebe más en hombres que en mujeres.
El síntoma más visible del acné son las temidas espinillas. Se producen por la acumulación de células pegadas a la piel, la glándula sebácea ve obstruida su salida natural al exterior y esta interrupción produce un pequeño coágulo al que llamas canela. Esta alteración puede presentar dos formas: un grano de cabeza blanca, cuando no va asociada a folículo piloso, y otro de cabeza negra o canela abierta cuando se asocia a un folículo piloso. Mal tratadas las espinillas pueden enquistarse, derivar en pústulas o infectarse, debido sobre todo al efecto de las bacterias, que como hemos dicho proliferan sin control cuando la segregación de sebo aumenta.
Cómo tratar el acné con aloe vera?
El aloe, tiene propiedades bacterianas y astringentes (reguladoras de la grasa) que lo hacen ideal para tratar el acné. Sin embargo requiere un tratamiento eficaz y constante, ya que es una afección muy rebelde ya menudo rebrota después de controlada.
Para combatir el acné es fundamental atacar la enfermedad desde dos frentes: 1) de forma interna con jugo de aloe, el poder depurativo y regulador del organismo rebajará los niveles de grasa segregados por las glándulas sebáceas, y 2) desde de fuera, por un lado procurando liberar la zona afectada de impurezas y limpiando en profundidad, para lo que aplicaremos un jabón de aloe vera y un tónico antiacné, y por otro lado aplicando un gel de aloe con una riqueza del 95%, con ello conseguiremos secar el grano, gracias a su calidad astringente, y por otro evitar que la flora bacteriana prolifere y contagie otras zonas cercanas.