El secreto del aloe vera para el cáncer

El zumo de aloe vera ofrece propiedades preventivas y terapéuticas a las que casi nadie pone ya objeciones. Sin embargo, atribuir cualidades específicas para tratar el cáncer, una de sus supuestas virtudes, dista aún mucho de estar apoyado por la evidencia científica.

Los efectos beneficiosos del zumo de esta planta, que en Canarias cuenta cada vez con más actividad agrícola, han vuelto a subrayarse esta misma semana con las declaraciones del actor estadounidense Michael Douglas, de 65 años.

La estrella de cine, con un cáncer de garganta de nivel cuatro, el pasado lunes afirmó, con ocasión del estreno de la segunda parte de Wall Street en Nueva York, que está bebiendo zumo de aloe para hidratar su garganta, dañada por los efectos de ocho semanas de radioterapia y quimioterapia. "Tampoco le va a hacer daño al señor Douglas el zumo de aloe. Tomarlo en su caso es positivo. Pero eso no quiere decir que le vaya a resolver el problema, su enfermedad", señala Rafael Zárate, biotecnólogo del Instituto Canario de Investigación del Cáncer (ICIC).

El científico explica que los efectos beneficiosos se deben a varios compuestos presentes en la pulpa de las hojas y en la capa de células que separa a éstas de esa sustancia gelatinosa. La antraquinona es una de esas sustancias presentes en el zumo de aloe. Pero hay que sacarlo de la hoja para que ofrezca las propiedades terapéuticas cuando esta empieza a tener puntos marrones. "Algunos artículos científicos, basados en cultivos en laboratorios de células tumorales, confirman que la antraquinona es capaz de aminorar el crecimiento de las células malignas y provocar apoptosis, una forma de muerte celular", señala Zárate. Pero eso ocurre en el laboratorio, por que hasta el momento no hay evidencias científicas de que se repita el proceso en ensayos clínicos, con humanos, según el investigador del ICIC.

Además, esa sustancia no suele aparecer en los preparados que se comercializan ni tampoco cuando, en usos domésticos, se extrae la pulpa para su consumo oral o tópico. "Ese compuesto está en la parte de la hoja que se desecha, en la fina capa de células que la separa de la pulpa. Tiene efecto laxante por lo que se suele rechazar en la composición de los preparados".

De tal forma que lo que se acostumbra a consumir en el zumo es una de las sustancias más potentes del aloe, el acemanano, un polisacárido (un hidrato de carbono) "con muchas propiedades curativas. Eso es lo que debe estar consumiendo Michael Douglas, pues los zumos se suelen preparar con la pulpa gelatinosa de la planta. Además de la hidratación, el acemanano tiene efecto antidiabético y anticolesterol. Su efecto anticancerígeno está por descubrir. No se conocen ensayos clínicos", explica el investigador del ICIC.

Además de esos efectos, las propiedades de este compuesto en el sistema inmunológico son conocidas. Y, de alguna manera, teniendo en cuenta que una mayor vulnerabilidad de las defensas del organismo hacen a este más propenso a contraer el cáncer, el acemanano puede resultar una sustancia beneficiosa para prevenir la enfermedad. "Estando sano, por todas sus propiedades, también es aconsejable el zumo de aloe", añade el experto.