Aloe vera: fuente de salud y belleza para la piel

Desde la antigüedad, el aloe fue muy valorado por sus propiedades medicinales, siendo bautizado por los egipcios como la planta de la inmortalidad. Actualmente, el uso del aloe vera está tan generalizado y extendido que puede encontrarse en diversos preparados farmacéuticos y alimenticios como yogures y zumos, además de en la industria cosmética añadido a cremas, geles y jabones, champús… mujerdeelite.com


Las hojas de Aloe


La parte útil de la planta se encuentra en las hojas, ya que es en ellas donde se concentran sus principios activos.
La corteza de las hojas envuelve la pulpa, de la cual se obtiene el gel o jugo de aloe, un líquido transparente e insípido rico en aminoácidos, enzimas, minerales, vitaminas del grupo B y vitamina A, C y E.


Propiedades


Son innumerables los estudios realizados sobre el aloe, para el que se han constatado sus propiedades benéficas en el tratamiento de muchas afecciones.


Excelente cicatrizante


El poder regenerador del gel de aloe permite tratar con éxito todo tipo de afecciones dermatológicas, tales como los herpes, eccemas, grietas, sequedad o irritaciones, acelerando hasta un 50% el proceso de cicatrización de heridas y curación de quemaduras reconstruyendo eficazmente los tejidos.
El gel puede aplicarse directamente sobre la piel extendiéndolo en la zona afectada.


Despigmentante


El gel de aloe es muy efectivo para hacer desaparecer las manchas cutáneas que aparecen a causa de la edad o debido a la exposición solar.
Puede aplicarse directamente sobre la piel una vez al día y preferentemente antes de acostarse hasta percibir que las manchas desaparecen.


Rejuvenecimiento cutáneo


El aloe estimula la producción de las células responsables de la formación de colágeno atenuando las arrugas existentes y al mismo tiempo retardando su aparición.
Como hidratante facial conviene rebajar el gel con un poco de agua.


Para obtener una mascarilla hidratante y reparadora, se extrae el gel de las hojas y puede mezclarse con un poco de crema hidratante, yogur o incluso aceite de oliva formando una pasta semilíquida. Basta aplicar la mascarilla 1 vez por semana.


Afecciones bucales


La acción bactericida, antiviral y fungicida del gel de aloe, resuelve diversas afecciones bucales tales como las encías sangrantes, aftas o sarro.
Se recomiendan los enjuagues de zumo de aloe diluido en agua tras cada comida.


Afecciones digestivas e intestinales


El zumo de aloe, puro o diluido, reduce la inflamación intestinal, calma la acidez estomacal y el reflujo, dado su poder alcalinizante. Así mismo, acelera el proceso de cicatrización en caso de úlcera de estómago.


Además, favorece la recuperación de la flora intestinal y facilita la absorción de nutrientes.
Consumir una cucharada de zumo puro de aloe antes de las comidas puede resolver eficazmente estos problemas digestivos.


El acíbar


El acíbar, jugo viscoso de tonalidad amarillenta y sabor amargo, se localiza en la superficie de las hojas de aloe vera. Tras procesarlo adecuadamente se consigue una sustancia muy potente de gran efecto laxante.
Su administración debe ser prescrita por el especialista.


Consejo
El aloe se puede administrar en polvo, cápsulas, extracto… dependiendo el uso que se le vaya a dar, y puede encontrarse en estas y otras presentaciones en herboristerías.
Para obtener los mejores resultados, se recomienda sea un especialista quien dicte la dosis más adecuada conforme a cada necesidad.